jueves, 21 de noviembre de 2019

Teoría filosofal

Bien, ¿por donde comenzar?
Los humanos estamos rotos, tenemos «todo» para ser una especie «prospera»
Sin embargo hay algunas cosas que no hemos aprendido.
Desde tiempos antiguos el ser humano ah buscado la manera de explicar todo lo que le rodea. Desde lo más mínimo hasta lo más inmenso, todo con la esperanza de llenar un vacío existencial qué no sabemos a que se debe. Sin embargo yo tengo una teoría, no es la mejor ni es algo que pueda darle paz a la existencia de la humanidad.

En este planeta al que llamamos tierra, habíatan miles de especies que coexisten con nosotros. Cada una de ellas tiene un propósito, un para qué de su existir, ya que cada especie aporta algo al planeta para que este subsista.
Desde la mosca o cucaracha más repugnantes, que ayudan a la descomposición, hasta la enorme ballena, que aporta bienestar a las aguas marinas a través de su dieta de kril. Cada animal tiene un propósito para estar aquí, en una infinita máquina que se mueve en torno a la vida del planeta.
Pero hay un ser vivo que no parece encajar con dicho sistema y que aún no ah encontrado su proposito en este mundo. «Los humanos somos seres racionales» que afirmación más absurda. No se puede ser racional si ni si quiera se sabe para qué se está. Llegué a comprender que no importa lo que hagamos, no parecemos ser felices. Intentamos llenar nuestro vacío y carencia de propósito a través de múltiples cosas, como lo es el conocimiento, el arte y la religión.
Buscamos hacer que nuestra existencia aquí tenga un propósito y un sentido.
Y mi teoría es, que el ser humano fue diseñado por alguien o algo, con el propósito de trabajar, de crear, de inventar. Un propósito que no entendemos bien hacia donde debe ser enfocado. Quien sea que nos haya creado, nos inventó con el fin de hacer su trabajo, pero fuimos un experimento que salió mal. Y fuimos abandonados, dejados a nuestra suerte,  con un propósito sin meta clara, y eso nos ha llevado hasta donde estamos ahora. Destruimos en lugar de mejorar, solo para crear algo que no nos va a llenar. Por qué al final nuestro propósito está roto. Somos sólo seres que siguen un sendero que no tiene un final. Y eso nos va a llevar a la inevitable destrucción.
Sin embargo, tal vez algún día está especie pueda recomponer su camino, y entender, que para ser felices, necesitamos construir aquello para lo que fuimos diseñados. El problema es que aún no sabemos por donde comenzar. Por eso es que debemos buscar, en la ciencia y en nuestras memorias más lejanas, hasta encontrar la respuesta a semejante dilema. El tiempo se está agotando, espero que no lo descubramos cuando sea ya demasiado tarde.

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